CRISIS DEL AGUA EN EUROPA: ¿CUÁL ES SU GRAVEDAD Y QUÉ SE PUEDE HACER?

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Por Estelle Nilsson-Julien

En los últimos años, el 30 % de la población de la UE se ha visto afectada por la escasez de agua. La situación no hace sino empeorar, ¿qué significa esto para Europa y cómo puede gestionar la situación?

Muchos ciudadanos europeos pueden permitirse el lujo de no preocuparse por el acceso al agua. Pero a medida que el planeta se va poblando y aumenta la demanda de agua, se avecina una crisis. ¿Qué significa esto y cómo puede Europa gestionar este preciado recurso?

Dos litros de agua bastan para satisfacer las necesidades diarias de bebida de una persona, pero hacen falta 3000 litros para alimentarse. Satisfacer esta demanda será cada vez más difícil para la agricultura de regadío, que consume el 70 % del agua dulce del mundo.

“Importamos muchos alimentos, por lo que dependemos de cómo se gestiona el agua en otras partes del mundo”, explica a Euronews Naho Mirumachi, catedrática de Política Medioambiental del King’s College de Londres.

Unos 3600 millones de personas en todo el mundo ya tienen un acceso inadecuado al agua, siendo Oriente Medio y África las regiones más afectadas por la escasez.

“Los alimentos que consumimos probablemente tendrán que venir cada vez más de otras partes del mundo, ya que no podremos producir ciertos productos en Europa porque hace demasiado calor”, declaró a Euronews Jippe Hoogeveen, responsable de tierras y aguas de la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

España es uno de los países europeos más afectados por la situación. Tras tres años de escasas precipitaciones y altas temperaturas, el servicio meteorológico nacional del país declaró a principios de año una “sequía de larga duración”. La Coordinadora Española de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos ha llegado a advertir de la posibilidad de que haya que dar por perdidas algunas cosechas.

Pero los países del norte y el este de Europa también se ven cada vez más afectados por la escasez de agua.

“La gente piensa que el Reino Unido es un país lluvioso, pero en realidad también hemos sufrido sequías en zonas agrícolas importantes para nosotros”, señala Naho Mirumachi.

Energía
La escasez de recursos hídricos no es sólo una amenaza para la agricultura, sino también para el sector energético.

“A medida que avanzamos hacia una era de la neutralidad cero, nos acercamos a cosas como las que pasan con la energía hidroeléctrica”, explica Mirumachi, “si tenemos menos agua en nuestros ríos, significa que no podremos depender de la energía hidroeléctrica”.

Las centrales hidroeléctricas -que utilizan el agua para producir electricidad o accionar máquinas- se consideran una alternativa energética sostenible a las instalaciones impulsadas por combustibles fósiles.

Crecimiento demográfico
El aumento de la población mundial, que alcanzará los 8500 millones de habitantes en 2030, aumenta la presión sobre los recursos hídricos. Una población que no solo crece, sino que también consume más.

“Hay una clase media creciente y un consumidor diversificado. Van a necesitar más bienes materiales, no sólo alimentos, sino también cosas como teléfonos, que consumen mucha agua. Así que no es sólo el cambio climático lo que está forzando esta escasez de agua”, explica Naho Mirumachi.

Mitigar la presión sobre los recursos hídricos significa garantizar un suministro seguro de agua para los seres humanos, respetando al mismo tiempo el medio ambiente.

“Va a haber un efecto dominó en los ecosistemas y en la salud de los ríos. Si hay menos agua, puede haber menos biodiversidad, que es un aspecto importante para mantener sano nuestro medio ambiente”, apuntaMirumachi.

¿Qué hace la UE para prevenir la escasez de agua?
La Organización Meteorológica Mundial ha advertido de que el ciclo mundial del agua “se está desequilibrando”, y en su informe de 2022 sobre los recursos hídricos mundiales pide un “cambio fundamental de política”.

Desde el año 2000, la Unión Europea ha tratado de resolver este problema a través de la Directiva Marco del Agua, cuyo objetivo es garantizar la calidad de las aguas europeas.

Sin embargo, el 90 % de las cuencas fluviales de varios países de la UE seguirán siendo insalubres en 2027, según concluye un informe publicado por WWF y la Coalición Ríos Vivos Europa.

Según Nihat Zal, gestor de proyectos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la respuesta europea ha sido eficaz, pero debe acelerarse “a diferentes escalas, a nivel local, nacional y de la UE, para mejorar también el nivel de preparación ante las incertidumbres del riesgo”.