- La respuesta de la comunidad ha sido abrumadoramente positiva. Personas de todos los ámbitos han ofrecido su apoyo, desde escuelas que brindan sus instalaciones hasta individuos que proporcionan alimentos.
ALFREDO GARCÍA BECERRA
En Xicoténcatl, la solidaridad es más que una palabra; es una acción viva y constante. La alcaldesa Noemy González y la presidenta del sistema DIF, Lorena Verástegui, son ejemplos vivos de esta verdad. Desde las primeras horas del día, se han dedicado a preparar la casa club del adulto mayor, no solo como un espacio de reunión, sino como un refugio seguro en tiempos de necesidad.
La preparación de este lugar es un reflejo de la previsión y el cuidado que caracteriza a la comunidad de Xicoténcatl. Con una cocina bien equipada, colchonetas y camas listas para ser usadas, la casa club está preparada para convertirse en un albergue temporal si fuera necesario. Aunque todos esperan no tener que usarlo, la tranquilidad que brinda saber que está disponible es invaluable.
La respuesta de la comunidad ha sido abrumadora. Personas ofreciendo las escuelas, cocinas y alimentos, todos unidos por el deseo común de apoyar a aquellos en tiempos difíciles. Este es el espíritu de Xicoténcatl: un espíritu de empatía y solidaridad que se fortalece con cada acto de generosidad.
En Xicoténcatl, nadie está solo y que, juntos, pueden superar cualquier desafío. La fuerza de una comunidad se mide por cómo sus miembros se unen en los momentos más difíciles, y Xicoténcatl ha demostrado ser fuerte y unido