- Gobierno, DIF y Cabildo con sentido humanista que inspira y trasciende
ALFREDO GARCIA BECERRA
En el panorama político actual, es refrescante encontrar historias de líderes y servidores públicos que van más allá del deber y muestran un compromiso genuino con el bienestar de su comunidad. Un ejemplo destacado de este espíritu altruista se encuentra en Altamira, donde el gobierno local, encabezado por el alcalde Armando Martínez Manríquez, su esposa Rosa Irma Luque de Martínez, presidenta del DIF, y el cabildo, han demostrado un sentido social y humanista en sus acciones.
La séptima regidora, Estefanía Moran, conocida cariñosamente como Fany Amores, ha sido una figura central en esta ola de generosidad. Su reciente donación de su primer salario quincenal para proporcionar sillas de ruedas, bastones y pañales a los adultos mayores a través del DIF municipal es un acto que habla volúmenes de su compromiso con la tarea de servir. Con 40 años de servicio a la comunidad y apoyo a los clubes de abuelos y personas con discapacidad, la regidora Moran ejemplifica la esencia de un gobierno que pone a las personas en primer lugar.
La presidenta del DIF, Rosa Irma Luque de Martínez, expresó su gratitud por la iniciativa de Moran, destacando que estas acciones son la prueba tangible de un gobierno humanista que se compromete con la gente no solo en palabras, sino en hechos concretos. Este enfoque en el servicio público se refleja en la promesa del alcalde Martínez de donar su próximo salario quincenal para continuar apoyando a la comunidad.
Este tipo de liderazgo inspirador es un recordatorio poderoso de lo que es posible cuando los servidores públicos adoptan una actitud de servicio genuino y se dedican a satisfacer las necesidades de su población. Altamira se presenta como un modelo a seguir, demostrando que en la política, las acciones motivadas por el amor y la compasión pueden tener un impacto profundo y duradero en la sociedad.